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sábado, 25 de septiembre de 2010

Eran las 7 de la mañana y aun seguía allí, con la mirada puesta en las vías del tren sin soltar palabra.
Pensaba en cosas que no tienen sentido alguno a la vez teniéndolo, una paradoja si me permito.
Simplemente pensaba en lo inmenso que es el mundo y lo mucho que puede ser de dañino una palabra mal dicha.
Las cosas que pasan no pasan para desear que no hayan pasado, sino para darnos una exitosa lección, con el objetivo de que finalmente no volvamos a caer en la ya nombrada trampa, caer y hacer mal.
Siempre existe solución a todo, aunque nuestros ojos estén cerrados con pegamento y no queramos verlo, pues es un defecto de las personas, creer que un problema mínimo es el fin del mundo, cuando lejos, más lejos de lo que estamos, están pasando mil cosas peores y más duras.
Simplemente pararse a pensar en los niños de África, y seguro que el problema de tu absurdo corazón parece cambiar, dirás: "A mí que más me dan los niños de África, yo ya tengo suficiente con esto, que parece ser nada, pero lo es". Bueno, ¿de verdad lo piensas?
Siguiendo con el tema, sin despistarnos, yo he sido una persona que creyó que sus problemas eran graves cuando ahora veo lo absurdos y patéticos que eran en realidad, quizás no lo fueran de verdad, pero así los veo yo ahora, igual es porque ya supere lo vivido o porque realmente si eran una tontería.
Me levante del banco y vi cómo se aproximaba mi tren, cogí mi bolsa de viaje, y me dispuse a tomar rienda suelta a mis pensamientos.
Tras sentarme en mi correspondiente asiento y dejar la bolsa en un lugar donde no molestara me di cuenta que el tren iba lo suficientemente vacío como para que pudiera sentarme donde me diera la gana y dejara mis cosas desperdigadas.
Cuando el tren salió del andén abrí mi bolso y saque mi MP4, me encanta escuchar musica mientras veo pasar el paisaje en mis ojos.
Siempre he querido hacer un video clip de las vistas que hay a traves de la ventanilla de un tren.
No, no soy música, pero es algo que siempre he querido ser.
Mis problemas, bueno, son solo una pequeña parte de mí que aflora en ciertas ocasiones, y cuando esto ocurre no estoy en mi hogar para martirizarme pensando en tontadas o simplemente quedarme mirando la pantalla del ordenador sin nada que hacer, No, prefiero salir y dar una vuelta, despejarme.
Rájate o matate, ¿de verdad eres tan sumamente cobarde como para hacerlo? ¡EH! ¿Vas a demostrar al mundo lo patético que eres haciendo eso? ¿Demostrar que un minino problema te va a hacer caer?
Y encima sigues pasando de mis palabras. Ummm, si, eres una persona cobarde que se refugia en las cuatro paredes del asqueroso lugar donde habitas y ahoga sus penas en alcohol o simplemente en intentarse suicidar. Das asco, ¿comprendes?
Yo era de esas personas que se refugian en sí mismas y se amargan por nada, y aquí me tienes. ¿Estoy llorando? ¿Estoy agonizando como tú, ser desgraciado?
Primera parada, hemos llegado a Guadalajara, que ambiente más cargado comienza a tener este tren.
A mi lado se sienta una joven de unos 20 años, muy guapa. Ella saca un cigarro del bolso, veo como saca el mechero y ¡Zas! salta una chispa y sale el fuego, enciende el cigarro y parece que sus problemas y tensiones desaparecen por unos segundos. Nunca sabré cual es esa sensación, puesto que yo no fumo. La joven me observa y rápidamente giro mi cabeza hacia el cristal. Que descarada he sido.
- Disculpe, la veo muy nerviosa ¿Está bien? - me giro y veo esa dulce sonrisa y esos ojos brillantes enfrente de mi cara, mi demacrada cara, y me sorprende la situación, me ofrece un cigarro - ¿quieres uno?
¡Eh! Que gran momento para empezar a fumar.                           
- Realmente no fumo, pero creo que lo cogeré gustosamente, muchas gracias - me aproximo y cojo el cigarro, ella me lo enciende.
Primera calada y la miro, no noto nada fuera de lo normal, nada que alivie mi dolor, y ella espera que esté bien, lo noto.
- Muchas gracias, realmente lo necesitaba.
- De nada, ¿sabes, el otro día soñé contigo?
El mundo se para y noto como una especie de mareo e intriga, me giro, la observo detenidamente y espero que continúe:
- Puede que parezca loca o algo así, discúlpame - se gira.
No quiero presionarla, pero la intriga me come por dentro. ¿Qué es esto? La historia no trataba de esto... Finalmente mi mundo ha cambiado en un segundo y simplemente quiero saber que sueño es. Mi cabeza deja de ser un ordenador a punto de estallar, para ser un ordenador recién comprado con su primer juego descargado, y ese juego es el sueño.
Deseo saber que sueño tuvo la extraña joven que se sienta a mi lado en este angustioso tren de ida.
- Perdona, no creo que estés loca. Y me intriga mucho tu sueño - le comento.
Ella se gira hacia mí. El tren se para de repente y es la penúltima parada. La chica justo se tiene que bajar en esta penúltima parada.
- Ha sido un placer hablar contigo y simplemente soñé con tu sonrisa. Hasta la próxima - la joven coge su maleta y se dispone a salir mientras yo la miro con el cigarro en la mano y con cara de anonadada.
Lo que quedaba de trayecto lo use para pensar en lo que había pasado hacia unos minutos y pensé que aquello era lo más extraño que nunca me había pasado. Pero, si aquella joven de tan suma belleza decía que sonreía, me propondría no volver a estar triste nunca más.
Solo por ella. Que dulce es tener un ángel de la guarda.


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