Sus manos deslizándose sobre la incomoda arena, quitándose granitos de color blanco y marrón oscuro de entre los dedos, que más dará, volverán a estar ahí en unos segundos.
La brisa mueve su pelo ondulándole las puntas, la sal que transporta es casi invisible, la arena se mueve delicadamente.
Y sus ojos lagrimosos dejan caer una pequeña lagrima al vacío del océano, sus ojos están ausentes mirando el cielo casi oscuro.
La luna, ella mira desde el cielo, su grandeza es inexplicable, es hermosa.
Y el sol muriendo lentamente al otro lado, como cada día, muriendo ante la llegada de otro astro, uno más hermoso.
<<Pensé que el sol moría porque admitía la hermosura de la luna y decidía darle algo de protagonismo aunque fuera durante unas pocas horas.
Pero al poco tiempo me di cuenta que era la luna la que dejaba al sol salir, no me explicaba muy bien el por que, pero, estaba claro, el sol es importante para la vida y sin el no existiría este bello atardecer, donde los colores son una obra de arte no trazada en lienzo.>>
Se levanta y deja que el viento le peine y arregle las ropas arenosas, cierra los ojos y respira fuerte hasta sentir en mar en el propio corazón. Bombea rápido y se relaja lentamente.
Sus lagrimas siguen cayendo de forma mas rápida, como caballos en una carrera de hípica. Sus movimientos veloces hasta llegar al destino: el suelo. Porque realmente no hay otro lado donde vayan a parar las lagrimas en ese momento. Algunas nacen para morir en el rostro, otras simplemente no tienen lugar de destino y van donde las manda el viento y otras mueren en las manos, tapándose el rostro solo haciendo que la vergüenza aminore.
Y por más que intentas que no salgan, ellas aparecen y te descubren, esa mascara que te tapa ahora mismo esta en el suelo y no hay quien consiga ponerla.
Y buscas la solución a todo problema pero solo te sumerges en un mar de dudas e incógnitas que hacen que tu cabeza explote como si fuera una bomba de relojería.
<<Pensé que todos mis problemas se solucionarían algún día y dejaría de sufrir como lo hago, pero siempre pasa algo y me devora con garras de tigre.>>
Paso lento por la orilla, las pequeñas olas rozan sus pies descalzos. Esta sola en la pequeña playa, nadie mas la ve llorar, solo esos dos astros, uno muriendo y el otro alzando todo su esplendor. Que noble es, jamás dirá nada a nadie de ese llanto.
Y si pudiera hablar o de algún modo decirlo tampoco diría nada.
El sol ya ha muerto, no quedan colores en el cielo, la luna ríe para si misma.
Como mueren los colores, la luz y las flores, marcha a dormir.
Mañana otro día será, y algo queda claro, nadie sabrá quien fue la persona que derramó lagrimas, y mañana brillará de nuevo el sol.
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